Es una irritación en el revestimiento del estómago o del duodeno. Las personas que toman medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) a largo plazo, como aspirina e ibuprofeno.
Es un trastorno que retrasa o detiene el movimiento de los alimentos del estómago al intestino delgado, a pesar de que no hay una obstrucción en el estómago o en los intestinos.
Es una enfermedad que puede producir náuseas, vómitos y diarrea. “Salmonella” es una bacteria. La infección se contrae de los alimentos ingeridos que la contienen.
Es una enfermedad crónica que causa inflamación e irritación en el tubo digestivo.
Son pedazos de material duro, como piedras, compuestos de colesterol o bilirrubina, que se forman en la vesícula biliar.
Es un trastorno digestivo que afecta al intestino delgado. Las personas con esta enfermedad no pueden comer gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno.
Son crecimientos en el recubrimiento interior del colon o del recto. Con el tiempo, algunos pólipos se pueden volver cancerosos y su extracción puede ayudar a prevenir el cáncer de colon y de recto.
Tiene síntomas digestivos como hinchazón o distensión abdominal, diarrea y gases después de consumir alimentos o bebidas que contienen lactosa.
Es una inflamación del páncreas, es a corto plazo y puede desaparecer en pocos días con tratamiento.
Es una infección crónica que afecta al tracto digestivo, preferentemente al intestino delgado, las articulaciones, los ganglios linfáticos, el corazón, el sistema nervioso central (SNC), los pulmones y otros tejidos.
Pancreatitis
Pólipos de colon.
Enfermedad de Whipple.
La gastroparesia.
Enfermedad de Crohn
Cálculos biliares.
Ulcera péptica.
Salmonelosis
Enfermedad celiaca.
Intolerancia a la lactosa.
