Cuando la princesa fue al jardín se encontró con el príncipe, él llevaba una rosa para ella, se la dio y dijo –¿Quieres pasear conmigo? Ella le contestó: –Claro que sí– Los dos se agarraron de la mano y caminaron por el jardín. El príncipe se puso de rodillas y le propuso matrimonio, la princesa le dijo que sí.
Llegó el día de la boda y todos los invitados fueron al banquete, comieron una tarta y la abuela le regaló un vestido de color rosa. Vivieron muy felices hasta el día de hoy.
Había una vez una princesa que se llamaba Lucía, vivía en un palacio con un príncipe que se llamaba Romeo.