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visto. Esa mañana va a ser la evaluación sobre olviden más importante todo del parcial corte. Sacaremos No definitivas. habrá lo
Si de lo que aquí se trata es de conceptuar los avances de los aprendizajes, esta esta idea totalmente fuera del presente. Esta tarea debe realizarse por múltiples caminos según ordena la ciencia pedagógica actual. Uno de esos caminos es la voz de los pares. Ahora, si el objetivo es solamente asignar una cifra a quien marcó con una x la respuesta verdadera, podría ser, pero no olvidemos que más allá de una respuesta verdadera, hay cientos de alternativas novedosas que podrían también ser verdaderas.
. Es muy cierto. El tiempo es oro como también lo es una enseñanza creativa, los minutos no pueden malgastarse en actividades que, si bien pueden resultar relajantes, en ocasiones o tienen poca fuerza o pueden realizarse por fuera de la sesión pedagógica. Con razón hay quienes piensan que esos recursos didácticos están solo motivados por no querer hacer nada productivo.
Un comentario al respecto, mis profes: hay una imposibilidad epistemológica y cognitiva para que los temas se agoten. Es falso que suceda. Siempre, en esos minutos y a veces horas que nos sobran, habrá en nuestras sesiones algo nuevo que decir, una relación más que realizar, una nueva aplicación que construir, un sueño más que acompañar.
En este punto encontramos ciertas cositas que nos deprimen por su inconsistencia teórica: cierto es, dicen las neurociencias cognitivas, que el aprendizaje es integrativo, sin secuencias lineales, sin sumas conceptuales. No hay duda de que en él no existen segmentos autónomos, todo es proceso continuo. Lo único determinante es el final, la única luz de gran valor está en la meta.
Hay en esta afirmación dos ideas perturbadoras y pedagógicamente inapropiadas: una, que ese procedimiento es muy débil para conocer los avances del aprendizaje y otra, que, en esta época planetaria, ya no existen temas propios. "Mi materia", es una expresión que se están quedando sin soporte pedagógico. Como una función del maestro es establecer conexiones con otros campos del conocimiento y con la vida misma, lo de cada Profe es un gran condominio interdisciplinar compuesto por varias "materias".
Uy, qué bien. Todo bien organizado, rigurosamente dispuesto y parcelado. Todo en su momento, que nada ni nadie se adelante ni se atrase. Que no quepa la sorpresa, el programa debe seguirse pase lo que pase, es el rey de los encuentros. Qué falsa y destructiva es esta afirmación. Qué lejos de la ciencia. Si hay algo que de verdad fortifique el espíritu y garantice aprendizajes sostenibles y críticos, es incluir en las rutinas diseñadas, emociones provenientes del momento.
Tal vez una práctica de tal naturaleza sirva bien para calificar sin demora destrezas específicas, nunca para evaluar - y menos desarrollar- las potencialidades intelectuales de nuestros usuarios. Por esa vía calificamos mucho, pero evaluamos muy poco. Tal ejercicio nos impide encontrar el nervio, conocer las profundidades del aprendizaje y valorar la argumentación de los saberes.
Aquí hay una nueva manifestación de nuestras no tan ocasionales inclinaciones dictatoriales. Cerrar nada y abrir todo, tendría que ser nuestra consigna. Abrir las ventanas y las vidas y de paso aceptar que la democracia tiene algunas ventajas, como que nos enseña que la voz mayor en toda sociedad, en toda familia, en todo curso, proviene del colectivo. Es, sin duda, la fuerza del colectivo el motor principal del crecimiento.
Con esta práctica negamos de un tajo los desarrollos que las ciencias del entendimiento humano han conseguido en los últimos cuarenta años. Si no superamos el nivel básico del texto, solo alcanzaremos de él, una comprensión ingenua y anecdótica. La comprensión verdadera, la única productiva se produce cuando salimos de los límites del texto para vincularlo con otras propuestas discursivas y también con las circunstancias de existencia.
Tal vez no sea cierto, es desatinado y sin fundamento teórico. Contrariamente, las evidencias investigativas indican que nosotros, los profes, aunque tenemos en ocasiones volúmenes muy altos de información, poseemos (en muchas ocasiones), mayor rigidez, menor flexibilidad y fluidez para procesarlos. Es, sin duda una expresión que refleja nuestra actitud de dictar, de dictado y de mucha dictadura.
