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...ellos, chicos y chicas, son capaces de estar bailando tres días seguidos, sin parar, utilizando todos los medios a su alcance para forzar la máquina, para conseguir que el cuerpo aguante.

Me toca mover. Pasa el tiempo y la partida está en tablas. Pero me toca mover. Mi rival acaba de lanzar un ataque sobre las posiciones de mi rey y mi reina. Es una situación comprometida.

Uno hace cosas, y ya está. Se arriesga (...). Siempre nos arriesgamos, con todo. Al respirar, puedes coger algo con la porquería que hay en el aire, ¿o no?

—Debería saber que es bueno que esas cosas se sepan (...). Siempre actúan de freno. Un montón de padres les prohibirán a sus hijos salir el próximo fin de semana, y tal vez, algunos chicos y chicas no vuelvan a tomar porquerías recordando lo que le ha sucedido a esta chica. Eso tiene de bueno la información.

De hecho, no hay nada, ninguna sustancia, capaz de provocar una reacción como lo que le ha sucedido a Luciana, un coma en menos de cuatro horas

Según esos chicos, tenía una media luna grabada. Es la primera con esta marca, así que debe haber una nueva partida recién llegada a la ciudad, tal vez de procedencia remota.

Yo no habría tomado nada —insistió mirándola—. Ni la habría dejado a ella. ¿Lo habéis hecho por eso, porque no estaba yo?

Miró sus dedos. De tanto introducírselos en la boca, para vomitar, los tenía sin uñas, doblados, convertidos en dos garfios, atacados por los ácidos del estómago.

La encontró en la sala, acurrucada, sentada en cuclillas en una butaca, abrazada a sus propias piernas desnudas, con la cabeza apoyada en las rodillas y la mirada perdida.

Tú has empezado, mamá (...). He salido, se me ha hecho tarde y estoy bien, ¿ves? ¿Qué más quieres?

Vicente Espinós

Loreto

Máximo

Cinta

Santi

Mariano Zapata

Doctor Pons

Luciana

Eloy

Mariano Zapata