La educación es un sistema autónomo.
Las escuelas, tal y como las conocemos, están obsoletas.
Hay que rediseñar la educación.
Hay que apostar por una educación mínimamente invasiva.
El futuro de la escuela pasa por los Entornos de Aprendizaje Auto-organizados.
El error es parte del proceso de aprendizaje.
El trabajo en grupo es más eficaz.
Las tecnologías educativas son esenciales.
Las grandes preguntas despiertan el aprendizaje.
El papel del docente debe cambiar.
El docente ya no emite el conocimiento, ni dirige el proceso, ni se sitúa por encima del alumno.
Tiene como consecuencia una asimilación más eficaz de los contenidos.
Grupos de trabajo colaborativos en los que los niños investigan, crean y comparten conocimientos sin la dirección de los adultos, de manera libre.
Es decir, lo esencial es aprender los métodos y las destrezas necesarias para encontrar las respuestas.
Todo ha quedado anticuado porque se construyó con la finalidad de preparar a las personas para desarrollar un trabajo .
No son sustitutas de los profesores, son herramientas útiles, tanto para ellos como para los alumnos.
El proceso de descubrimiento, es lo que despierta la imaginación y la curiosidad de los niños.
La intervención del adulto debe ser mínima, los niños aprenderán lo que les interese aprender: si se tiene interés, se tiene educación.
Es necesario desarrollar una nueva educación, enfocada a despertar la curiosidad y motivación de los estudiantes.
El alumno evoluciona y empieza a hacer cosas que no estaban previstas, a aprender más allá de lo que se había planteado en un inicio.