Sales minerales.
Grasas animales.
Vitaminas.
Legumbres (garbanzos, lentejas...)
Patatas.
Pasta.
Hidratos de carbono.
Carne.
Vegetales.
Aceites vegetales.
Huevos.
Pescado.
Frutas.
Leche y sus derivados.
Proteínas.
Hortalizas.
Verduras.
Cereales.