Por una escalera larga, peldaños blancos y negros, sube y baja a sus diez hijos con sonoros martilleos.
Caminar es su destino, yendo de casa en casa, y de su saco de cuero, saca paquetes y cartas.
Hago paredes, pongo cimientos y a los andamios subo contento.
Sobre lienzos o en papel, ¡qué bien emplea el color con lápices o pincel!
En vez de dar, corta y quita, y por eso cobra su paguita.
Tengo los zapatos rotos por la suela y el tacón. ¿Quién me los ha de arreglar con la lezna y el punzón?
El peluquero
El pintor
El albañil
El cartero
El zapatero
El pianista