Con esas orejas tan grandes y esos dientes afilados no podía ser su abuela quien allí estaba tumbado.
Andando por el desierto una lámpara encontró, intentó sacarle brillo y un genio apareció.
Calzado con unas botas, un gato muy avispado, dijo unas cuantas mentiras para ayudar a su amo.
El zapato de cristal que el príncipe te probó demostró que habías sido la joven que lo enamoró.
Con un trozo de madera un hombre lo construyó. Como era muy mentiroso la nariz se le estiró.
Para ver a su abuelita la niña con una cesta el bosque cruzó; y el lobo malvado, que la esperaba, ¡ay! ¡Casi se lo comió!
Aladdin
El lobo
Cenicienta
Pinocho
Caperucita Roja
El gato con botas