Crear actividad
Jugar Relacionar Columnas

Bebió un poco que se hizo tan pequeña que pudo pasar por la puerta hasta el jardín. Pero entonces se dio cuenta de que se había dejado la llave encima de la mesa y ahora no llegaba hasta ella. Hasta que descubrió que debajo de la mesa había una cajita con un pastel en el la que ponía “Cómeme”. Alicia hizo caso y empezó a crecer y crecer hasta que llegó casi a los tres metros de altura y se golpeó con el techo de la habitación en la cabeza. Pero claro, ahora no podía volver al jardín y eso hizo que se pusiera a llorar.

Alicia lo siguió hasta una madriguera, entró tras él y cayó por un largo pozo hasta que de repente apareció en una sala que tenía muchas puertas, y en el centro mesita de vidrio que contenía una llave dorada. Probó a abrir con ella todas las puertas hasta que encontró la que abría. Al otro lado había un jardín precioso pero la puerta era demasiado pequeña para ella. Miró hacia la mesa y vio una botellita con una etiqueta que decía: “bébeme”.

Alicia continuó sus aventuras en el País de las Maravillas, conoció a la Falsa Tortuga y también al Grifo, un animal fantástico mitad águila, mitad león.

Una tarde calurosa de verano estaba Alicia en el río junto a su hermana. Trataba de matar el aburrimiento como podía cuando de repente pasó por allí un conejo que llevaba puesto un chaleco.

a llorar! Intentó de nuevo coger la llave de la mesa, resbaló y de repente apareció metida en agua salada hasta la barbilla. Pero no era agua salada. ¡Era el estanque de lágrimas que había producido antes al echarse

El conejo y otros animales trataron de sacarla y hasta pensaron en quemar la casa y finalmente sucedió que cayó una granizada de piedrecillas. Por supuesto, no eran piedras comunes y Alicia se dio cuenta de que se convertían en pastas de té cuando caían al suelo. Comió una y…. ¿qué creéis que pasó? Que Alicia volvió a hacerse pequeña y salió corriendo de la casa.