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Las personas son las depositarias de una parte importante del capital intelectual de la organización, es decir, el conocimiento y talento de la organización. Por lo tanto, el innovador público debe desarrollar la habilidad de construir confianzas entre ellas.

El explorador siente el impulso a salir afuera de sus límites organizacionales a buscar aquello que le permita mejorar lo que hace.

La capacidad de proponer ideas y crear el espacio para hacerlas brotar también es una habilidad requerida por el gestor innovador.

La creación de redes de personas es una habilidad muy preciada para el gestor público innovador, ya que ello le permite acceder a información y personas en cuyas interacciones se genera innovación. Esta se produce en espacios híbridos, por lo que mientras más densidad de red hay, mayor será la probabilidad de innovación.

Innovar en el sector público no es lo mismo que hacerlo en el mundo privado. El tema del riesgo, como ya vimos, es un elemento que se ha de tener muy en cuenta en este caso, lo cual supone que los gestores públicos innovadores deben desarrollar un alto sentido de la responsabilidad por los resultados e impactos que provocarán con las innovaciones

Cómo buscar y usar el conocimiento del entorno.

Afrontar lo inesperado y lo incierto requiere no solo de una exigente preparación estructural, competencial, sino también implica estar premunido de buenas herramientas predictivas. Sabemos que en la actualidad se requiere de una nueva forma de abordar los problemas, lo cual es lo principal que exige la innovación.

Navegar por la incertidumbre con una hoja de ruta.

Responsabilidad con los resultados e impactos

Lateralidad:

Exploración:

Creación de ideas:

Navegar por la incertidumbre con una hoja de ruta.

Repensarse:

Networking:

Construcción de confianzas: