La Laicidad del maestro
Nobleza y dignidad de la función educadora.
La entrega al ministerio
Responsabilidad magistral
Gozos de la función magistral
El desinterés del maestro.
La estabilidad del maestro
Aprecio y amor al magisterio.
Su principal trascendencia fue reunir a los maestros en cuerpo de comunidad.
Trabajar impulsado por el afán de la gloria de Dios, la salvación de los educandos y la contemplación de los frutos inmediatos que produce la tarea educadora.
San Juan Bautista de la Salle no pretendía derribar los prejuicios sociales existentes entorno a la profesión, lo que el buscaba era llevar los niños por el camino que conduce al cielo.
La idea de ceñir exclusivamente las actividades del maestro al ámbito escolar es la columna vertebral de la pedagogía Lasaliana.
Renuncia a recibir retribución del alumno o su familia por la enseñanza y educación que le son impartidas.
Salvación de las almas de los discípulos, prepararse intelectualmente para un mejor desempeño de su misión, prevenir las faltas a que está expuesto a cometer el niño, debe hacer las veces de padre y pastor de sus almas, debe utilizar la prudencia y moderación a la hora de una corrección pedagógica.
El maestro debe entregarse en cuerpo y alma al quehacer escolar renunciando a toda ocupación que pueda distraerlo de sus funciones de la escuela.
San Juan Bautista de la Salle exige del maestro una postura heroica frente al comportamiento de la sociedad, no sólo se trata de estimar, apreciar y amar la profesión es también defenderla en circunstancias negativas.