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No trabajes por ser bello de rostro;

Castiga con severidad a tu hijo culpable de la muerte de un animal,

Triste es la ociosidad, dañosa la

No te traicionen tus propias palabras

Lo máximo que tiene el hombre es el alma,

Lo que inquieta al hombre no son las cosas,

Perdónalo todo a los demás,

La filosofía es lo que nos distingue

Las mujeres son débiles porque ellas no cuentan más que con el corazón

No te enriquezcas

La felicidad consiste en

No dudes en mi mar a tus padres y no tomes

El placer supremo es

Ni aún siendo rico

No des la mano enseguida:

Enseña y aprende

Sé sobrio: en un cuerpo muy grueso, enflaquece el alma,

Muchas veces me he arrepentido de haber hablado,

Sea tu oráculo la mesura, no creas a todos

No aspires jamás a la vanidad de ser rico;

No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma

Intemperancia y pesada la ignorancia

Ante los que en ti confían

Obtener lo que se anhela

Te entregues al ocio

Sino las opiniones sobre las cosas

Y tú no te perdones nada

Y al gobernar, gobiérnate primero a ti mismo

Para sostenerse, y el corazón es frágil

De ellos lo vil, sino lo bueno

Que lo induce al bien o al mal

En la duda, abstente

Estar de acuerdo consigo mismo

De haber callado, nunca

Así sea un insecto: el homicidio se inicia así

Sé más bien bello de obra

Contribuirás a que hubiese pobres

De los bárbaros y salvajes

Con malas artes

Lo mejor