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ESTUDIAR SIN SEGUIR UNA ESTRUCTURA Tómate tu tiempo para examinar la estructura en que el material que estás estudiando se te ha presentado y síguelo siempre cuando estés estudiando… ¡sé ordenado!

IGNORAR LAS IMAGENES Son elegidas para formar parte del libro por una razón, y los profesores a menudo incluyen contenidos presentes en ellas en los exámenes. La próxima vez que estudies algún capítulo de tu libro para un examen, asegúrate de observarlas bien e intentar comprender bien todo lo que ellas te dicen, siempre están cargadas de mucha información clave.

ESTUDIAR DEMASIADO CONTENIDO A LA VEZ Los recuerdos se refuerzan con la repetición. No caigas en el gravísimo error de creer que te puedes aprender todo el material que va a un examen en un solo día. Parte de esa información la absorberás, por supuesto, pero ten la seguridad que otra parte se evaporará de tu cerebro y no la recordarás en el examen.

ESTUDIAR HASTA MUY NOCHE Cuando esto sucede, se corre el riesgo de dormir muy poco y de hacer el examen como si fuéramos unos zombies. Esto puede echar por tierra todo nuestro esfuerzo previo. Cuida de tu cerebro y dale el descanso que necesita la noche antes de la prueba.

ESTUDIO PASIVO Para estudiar con eficacia, tienes que interactuar de manera activa con tu libro. Mientras más trabajes con la información que este te da mediante la lectura, la escritura, el dibujo, la esquematización y buscando las respuestas precisas a preguntas que te hagas, más recordarás luego lo que has encontrado en sus páginas.

NO USAR TARJETAS PARA ESTUDIAR Son herramientas de estudio muy efectivas, lo mismo que las notas o las fichas, pero tienes que aprender a usarlas de manera correcta, con el fin de aprovechar al máximo tu tiempo.