Carta a los Colosenses
Se dice que de la acción evangelizadora de Pablo en Filipos surgió una comunidad cristiana muy viva y muy unida al Apóstol; esto lo podemos deducir por el estilo afectuoso y muy tierno con que Pablo les escribe (1, 7-8; 1-10).
Carta a los Hebreos
Primera carta a los Tesalonicenses
Esta carta nos presenta una eclesiología enteramente ligada a la cristología: entre Cristo y la Iglesia hay una unión tan íntima como la que existe entre los diversos miembros del cuerpo de una persona con su cabeza. El apóstol para presentar a la Iglesia emplea las figuras del cuerpo, del templo y de la esposa.
En su primer viaje misional, Pablo pasó por las ciudades de Antioquía, Iconio, Listra y Derbe situadas en su región de la Galacia, predicando el Evangelio y fundando comunidades. Pablo escribe su carta a los Gálatas después del segundo viaje misionero.
El tema dominante de la carta a los colosences está expuesto en el himno cristológico (1, 15-20) que señala la primacía total de Cristo sobre el cosmos y el único en quien es posible encontrar la plenitud de Dios. Con su muerte y con su resurrección, Cristo reconcilió todo el universo. Las cosas son buenas, el mundo es de Cristo y Cristo es de Dios. La Iglesia es parte integrante del Señorio de Cristo. La eclesiología allí expuesta surge de esta cristología.
Carta a los Efesios
Segunda carta a los Tesalonicenses
La carta fue dirigida a los cristianos judíos de finales del siglos primero entre quienes habían surgido incoherencias frente a la Fe y debilidades frente a las persecuciones a causa de la Fe. Estas debilidades se percibían principalmente en las celebraciones litúrgicas. Por ello, el autor propone una nueva dimensión del núcleo fundamental de la Fe que proclama a Jesús, Mesías e Hijo de Dios: sólo Cristo es el Sumo y Eterno Scerdote que hace posible el encuentro salvífico con Dios. La carta está centrada en el sacerdocio de Cristo entorno de quien, el autor, hace una síntesis de la Fe y de la vida cristiana. El designio salvador de Dios se realizó una vez por todas en Cristo, quien se hizo redención de todos los hombres por su sangre.
Se ve como poco a poco los judíos y los paganos convertidos formaban comunidades que seguían y cuidaban “como una madre cuida a sus hijos” (cf. Tes 2,12). Pablo presenta la vida cristiana como una existencia que se vive en la Fe, en la esperanza y en el amor. La fe es la adhesión total a Dios en la persona de Jesucristo; una adhesión interior y activa en todos los aspectos de la vida.
Carta a los Filipenses
