Cuando cosía, por ejemplo, imaginaba que cada doscientas veintidós puntadas podía sujetar un deseo para que se cumpliese.
Y hacia ese hospital marchó Toshiro una mañana.
-No tengo hambre –le mentía Toshiro, cuando veía que la niña apenas si tenía dos o tres galletitas para pasar el mediodía
Naomi siempre sabía hallar el modo de convertir en un juego entretenido lo que acaso resultaba aburridísimo para otras chicas.
El cuatro y el cinco de agosto se lo pasó ayudando a su madre y a las tías…
Serio y poco comunicativo como es…
SOÑADOR/A
INCONDICIONAL
RESERVADO/A
CREATIVO/A
EMPÁTICO/A
COLABORADOR/A