Consumo de grasas saturadas.
Consumo de frutos secos y semillas.
Consumo de fibra cereales.
Consumo de dulces.
Consumo de tabaco.
Saber el tiempo de vida útil de un alimento.
Consumo de verduras y legumbres.
Consumo de lácteos.
Consumo de frutas.
Consumo de licor.
Consumo de exagerado de harinas.
Consumo de proteínas y vitaminas.
Consumir el alimento en su mayor momento de frescura y calidad.
Una mejor conservación del producto.