Conceptos como la pobreza, el triunfo o la propia muerte se asientan en el niño a través de la ficción y le ilustran sobre nuestra condición.
Tratar de anticiparse a los hechos relatados aventurando desenlaces posibles por parte del lector u oyente hace que el lector no se un sujeto pasivo.
Las relaciones de los personajes de sus oficios y sus relaciones familiares son sólo algunos de los elementos que supone vivir en sociedad.
Los momentos históricos del pasado y universos ficticios, colaborarán a desarrollar la imaginación del niño y le transportarán a otras realidades.
Otra característica bien conocida de los cuentos es que conducen a estados de empatía
Alimentan su capacidad para imaginar
Confieren una perspectiva más amplia sobre la realidad humana.
Desarrollo de la intuición y las capacidades deductivas.
Afianzan la personalidad.
Ponen al niño en contacto con la realidad social