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Jugar Crucigrama
1 Se alimenta de flores y de bayas doradas de los bosques profundos. Tronco de guayacán con cabeza de hombre cubierto de chamizos y salvajina, el decidió cuidar el bosque y los animales selváticos.
2 Es un ser anfibio que prefiere vivir la mayor parte del tiempo bajo el agua. Allí, en las profundidades de los ríos, entre las algas, recorre sus viviendas de obsidiana y de despojos de crustáceos. Allí como una ninfa acuátil, apoyada en un bastón de coral, desteje la red de su amargura.
3 Toda vestida de hojas y de líquenes, vive en la prdeundidad de los bosques. La cabellera, víctima de soles y lunas, le oculta el rostro. Ese es su enigma: podemos escuchar el grito de fiera entre los árboles.
4 Pequeños hombres vestidos de trajes de hojas verdes y rojas, cubiertos de sombreros, como inmensos hongos de maldad. Se suben a los techos y construyen grandes aposentos de paja y huesos de mirlas. Amigos del sabotaje y el enredo.
5 Enemiga de los hombres, acosada por una culpa antigua, poseída del horror de su propia apariencia, jamás se detiene en su vértigo de odio y espanto. Allí va con los ojos tortuosos y lejanos y el cabello enredado de lianas.
6 De rostro cadavérico, cubierta de harapos pringados por la lluvia y el sol, alguna vez fue una mujer hermosa de ojos audaces que enloquecía a los hombres de los pueblos con su cuerpo de acróbata del placer. Ahora, desprovista de esplendor, deambula sin sosiego por las veredas, atormentada por la culpa del crimen y los delirios de una madre que cree llevar entre los brazos a un niño imposible.
7 Fue un hechicero que convocó tormentas y eclipses. Conocía los secretos de las almas, curaba enfermedades y todos temían sus ojos de azabache cuando en los ritos atraía la lluvia y las cosechas o se transformaba en jaguar que recorría las landas de los ríos para ahuyentar los malos espíritus.
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