1
Poner en valor la dignidad e individualidad de cada persona prestando una asistencia personalizada.
2
Trato justo y respetuoso hacia el paciente, reconociendo su valor como persona.
3
Actitud amable y afectuosa hacia el paciente, transmitiendo tranquilidad y bienestar.
4
Actitud de proximidad y confianza hacia el paciente, generando un ambiente de seguridad.
5
Intercambio de información entre el paciente y el personal de salud.
6
Capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos.
7
Consideración y valoración hacia el paciente como ser humano.