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Los dos hermanos salieron corriendo desesperados para buscar ayuda de su hermano mayor. El lobo llegó a la casa pero por más que soplara muy fuerte no la podía derribar.

Cuando el lobo llegó hasta la casa de paja, el cerdito más pequeño lo escuchó gritar: -¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!. La casita se derrumbó.

El cerdito salió corriendo hacia la casa de su hermano mediano y se refugiaron allí hasta que nuevamente apareció el lobo diciendo: ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!. Y la derribó.

El cerdito mediano era un poco más decidido que el pequeño pero tampoco tenía muchas ganas de trabajar. Empezó a construir una casa de madera un poco más fuerte que no le llevaría tanto tiempo.

Un día, desde adentro del bosque apareció el lobo feroz, el cerdito más chiquito corrió hasta su casa de paja.

El cerdito más pequeño, que era muy vago, decidió que su casa sería de paja. En poco tiempo apiló palitos secos y tenía pronta su casa.

Había una vez tres cerditos que vivían en el bosque y decidieron hacerse sus casitas porque cerca se encontraba un lobo.

El lobo buscó un hueco para poder entrar, ingresó por la chimenea y de repente cayó en una enorme olla de agua sobre el fuego. La quemadura fue tan grande que salió disparado por el aire para nunca más volver.

El hermano mayor de los cerditos se puso a pensar, se dio cuenta que construir su casa de ladrillos sería más resistente, aunque le llevara mucho más tiempo y trabajo.