La ranita aceptó la invitación de su amiguito y se fueron brincando y cantando por el bosque recogiendo flores bellas cuando de repente se sorprendió estaba frente a su casita.
Cierto día se acercaron a ellas muchos animalitos del campo para jugar con ella, pero la ranita estaba muy muy triste no hacía nada más que pensar en donde vivía, como podía hacer para volver a casa.
Hasta que un día un gusanito se acercó a ella y le dijo Ranita bonita porque estas tan triste Es que no recuerdo el camino a casa, lo lamento amiguita.
Te invito a caminar por el bosque hoy... hay mucha brisa fresca y los árboles florecen, me gusta recoger muchas flores y llevárselas a mi mamá, ¿me acompañas?
El gusanito se sintió muy feliz de ayudar a su amiguita y las flores bellas se la regalaron a mama ranita y desde ese día gusanito y ranita son los mejores amigos, aprendieron que cuando tenemos un problema al lado de un buen amigo podemos encontrar la solución.
Había una vez una ranita que vivía solita en un estanque, hacían varias semanas había salido a jugar cerca de casa y se le olvidó el camino de regresó, desde ese día vivía solita afligida buscando a sus papas y a su hermanita.
Al ver a su mamá y papá se pusieron muy felices y salieron corriendo a abrazarla, y le prometió a sus padres que no volverá a distraerse al salir y estar atenta al camino.