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Proveen al cuerpo de energía inmediata para que el cuerpo realice sus funciones vitales.
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Son necesarias para la formación de células de la sangre, de tejidos, de hormonas, y para regular varias funciones del cuerpo: la A, favorece la visión y el crecimiento; el complejo B(ocho distintas) ayuda en el metabolismo de las proteínas, en la formación de los glóbulos rojos y al mantenimiento del sistema nervioso central.
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(hierro, calcio, zinc, sodio, potasio, fósforo, magnesio, manganeso, flúor, yodo, azufre, cloro, selenio, cobalto). Algunos forman parte de la estructura del cuerpo pero otros regulan funciones como la coagulación de la sangre o la contracción de los músculos.
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Son la base principal de los músculos. Ayudan en la producción y reparación de nuevas células. Son esenciales para el crecimiento. Contribuyen a evitar infecciones y enfermedades.
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Son hidratos de carbono simples, un componente natural de la fruta y la verdura (sacarosa, glucosa y fructosa), la miel (fructosa y glucosa), los productos lácteos (lactosa) y, en menor medida, de los cereales (maltosa)
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Permite a los glóbulos rojos de la sangre capturar y transportar el oxígeno a diversos tejidos y órganos del cubero para asegurar la generación de moléculas energéticas dentro de las células.
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Es vital para el desarrollo muscular, óseo y endocrino.
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Indispensables para construir membranas celulares y para fabricar hormonas, son reservas de energía, mejoran el funcionamiento de la neuronas y ayudan a que el cuerpo absorba las vitaminas A, E Y K
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Es un nutriente que se encuentra en los alimentos de origen vegetal. A diferencia de otros nutrientes, es resistente a la digestión y absorción en el intestino delgado. Puede ejercer un papel importante ayudando a que los alimentos pasen a través de tu sistema digestivo y a deshacernos de lo que no necesitamos
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Se utiliza para sintetizar o construir ácidos nucleicos y proteínas. Importante para el crecimiento, la mineralización de los huesos y la maduración sexual.