Aumentan los latidos del corazón y la presión arterial, lo que hace mayor el riesgo de enfermedad coronaria, debido a que el corazón hace más esfuerzo.
Provoca daños en la memoria, en la capacidad de atención, en el lenguaje y en la conciencia.
La nicotina causa acidez estomacal, lo que a la larga puede desembocar en úlceras gástricas.
Mancha los dientes, provoca mal aliento, retrasa la citrazación de las heridas, predispone a la infección por hongos y al cáncer oral.
Aumenta las probabilidad de aborto y parto prematuro en las mujeres. En los hombres provoca problemas de erección e impotencia.
El alquitrán del humo del tabaco obstruye el pulmón y provoca enfisemas y bronquitis.