Coiloniquia.
Onicolisis
Onicogrifosis
Padrastros.
Leuconiquia
Melanoniquia
Paroniquia
Onicomicosis.
Paquioniquia
Líneas de Beau.
Onicorrexis
Esta alteración hace que la uña adquiera una curvatura cóncava en lugar de convexa. Por ello también se la conoce como uña en cuchara. Puede ser de carácter hereditario o aparecer asociada a otros trastornos de la uña o de las zonas periungueales.
Hiperpigmentación de la uña debida a traumatismos.
Sucede cuando la uña se separa de su lecho por la parte frontal o lateral. Puede ser consecuencia de algún trastorno alimentario, pero también pueden provocarla infecciones o el uso de determinados cosméticos. En ocasiones se desconoce la causa.
Consisten en unas estriaciones transversales que sobrevienen por la detención temporal de las células de la matriz de la uña. Las causas son muy variadas, pero las más comunes son por traumatismo, por desnutrición o por enfermedades generales.
Son pequeñas porciones de la piel que rodea la uña, que se levantan en forma de V. Su aparición facilita las infecciones y resultan bastante molestos y dolorosos. Su origen puede ser la sequedad de la piel. En ningún caso se debe intentar arrancarlos o cortarlos.
Se trata de fisuras o roturas longitudinales o transversales en las uñas. Puede deberse a una dieta pobre en vitaminas y minerales o al uso de cosméticos agresivos.
Se conoce así al conjunto de micosis –infección por hongos– que afectan a las uñas. Como consecuencia, la apariencia de la uña cambia totalmente: el hongo altera su queratina de tal manera que la uña va adelgazando, deshaciéndose poco a poco. Si no se trata de manera conveniente, los daños pueden ser irreversibles.
Consiste en la inflamación dolorosa crónica o aguda del tejido que rodea la uña, el perioniquio. Suele acompañarse de vesículas, pústulas o ampollas. Normalmente responde a algún tipo de infección, sobre todo del pliegue proximal, aunque también puede provocar paroniquia la onicofagia –acción compulsiva de morderse las uñas–, el corte de padrastros, una manicura mal hecha, etc.
Consiste en el aumento exagerado del grosor de las uñas –sobre todo de los pies– que, además de espesarse, cuando crecen se curvan en forma de garra. Suelen aparecer con mayor frecuencia en personas mayores.