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Jugar Froggy Jumps
1. Había una vez tres cerditos que vivían al aire libre en el bosque. Tuvieron que construirse casas porque por allí solía pasar un lobo malvado que amenazaba con comérselos. El cerdito más pequeño, que era muy vago, se hizo una casa de paja.
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2. El cerdito mediano era un poco más decidido que el pequeño pero tampoco tenía muchas ganas de trabajar. Pensó que una casa de madera sería suficiente para estar seguro. En un par de días la había terminado
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3. El mayor de los hermanos, en cambio, quería hacer una casa confortable pero sobre todo indestructible, así que fue a la ciudad, compró ladrillos y cemento, y comenzó a construir su nueva vivienda.
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4. Sus hermanos no entendían para qué el hermano mayor se tomaba tantas molestias. Se pasaba el día trabajando en vez de jugar con ellos.
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5. –Cuando venga el lobo veremos quién ha sido el más responsable y listo de los tres– les dijo a modo de advertencia. Ellos se reían de lo que decía.
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6. Cada cerdito se fue a vivir a su propio hogar. Todo parecía tranquilo hasta que una mañana el temible lobo apareció entre los arbustos.
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7. El lobo salió para perseguir al hermano menor y éste se escapó de milagro. El pobre cochino empezó a correr y se refugió en su recién estrenada casita de paja. Cerró la puerta y respiró aliviado.
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8. Pero desde dentro de su casa de paja, el hermano pequeño oyó que el lobo gritaba: – ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!
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9. Y tal como había advertido, comenzó a soplar y la casita de paja se desmoronó.
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10. El cerdito, aterrorizado, salió corriendo hacia casa de su hermano mediano y ambos se refugiaron allí.
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11. Pero al cabo de unos segundos el lobo llegó a la casa de madera y gritó: – ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!
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12. Sopló tan fuerte que se fueron volando todos los tronquitos de madera que formaban la estructura de la casa.
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13. Los hermanos, desesperados, huyeron a gran velocidad hacia la casa de su hermano mayor, quien les abrió para que pudieran refugiarse del lobo.
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14. El lobo llegó rápidamente a la casa de ladrillos y gritó: – ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!
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15. El lobo sopló y sopló, hasta que casi se ahogó. Y por más que sopló, no pudo mover ni un solo ladrillo de las paredes ¡Era una casa muy resistente!
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16. Aun así, no se dio por vencido y buscó un hueco por el que poder entrar. De un salto, se plantó en el tejado y vio que se podía colar por la chimenea.
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17. Se deslizó por la chimenea para entrar en la casa, y cayó sobre una enorme olla de caldo que se estaba calentado al fuego.
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18. La quemadura fue tan grande que pegó un aullido desgarrador y salió disparado de nuevo al tejado a través de la chimenea. Con el culo enrojecido, huyó para nunca más volver.
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19. A partir de ese día los dos hermanos pequeños se volvieron más responsables, construyeron una casa de ladrillo y cemento como la de su sabio hermano mayor y vivieron felices y tranquilos para siempre.
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