Inadecuación entre necesidades formativas y recursos disponibles para la formación y la capacitación profesional.
Familias monoparentales y familias prematuras.
Familias con persona con enfermedad mental o trastornos de la personalidad.
Desfase entre los modelos educativos de los padres con respecto a los hijos.
Falta de comunicación y solidaridad en el tejido social.
Modificación de la escala de valores.
Desarrollo de la familia nuclear cuando aún ejerce un importante poder de influencia la familia de origen (familia extensa).
Estructura rígida, familiares que entran en contradicción con los valores emergentes.
Ocupación de los progenitores (prostitución, mendicidad, parados o desempleados, horarios de trabajo excesivo o nocturno, estancias prolongadas en otros lugares distintos a la residencia, por causa laboral…)
Deficiencias formativas para el desarrollo de los roles familiares en el contexto del cambio social.
Matrimonios mayores con menores a su cargo.
Carencia de infraestructuras y servicios.
Ruptura de relaciones intergeneracionales en la familia nuclear.
Condiciones de sanidad deficientes.
Índices altos de desempleo.
Familias con miembros que mantienen conductas adictivas.
Falta de servicios para el tiempo libre y de recursos culturales.
Deficiencias formativas para el desarrollo de las capacidades (profesionales, intelectuales, ocupacionales, culturales...).
Progenitores procedentes de familias conflictivas.
Falta de recursos asistenciales adecuados para atender las necesidades de la tercera edad, derivadas del progresivo envejecimiento de ciertas poblaciones.
Sociedad en proceso acelerado de transformación.
