1
Usa una fuente clásica, un tamaño de fuente normal, y no escribas tus correos en fucsia o en verde manzana. Ten consideración por la legibilidad y por la sensibilidad de tus interlocutores.
2
Sabemos que nos responderás cuando puedas: sería muy raro si nos respondieras cuando no puedas.
3
Si todavía usas la dirección de correo de cuando estabas en secundaria, es más que probable que ya sea hora de cambiarla.
4
El asunto es el título de tu mensaje, debe contener un resumen concreto del tema sobre el cual trata el correo.
5
Ten sentido común y evita los correos enviados a medio escribir, o sin el adjunto o sin haber pasado por una revisión previa.
6
Si tu mensaje contiene más de un punto o una pregunta, numéralas.
7
A nadie le interesa esa cadena que dice que si no la reenvías a cinco personas en los próximos diez minutos estarás maldito en el amor y la fortuna por cinco años.
8
Es indicar con claridad qué es lo que necesitas de quien recibe el mensaje.
9
Incluir tu nombre completo al final de los correos electrónicos es una simple cortesía elemental hacia tu interlocutor.
10
Esto genera una multiplicación de la bandeja de entrada.
11
Los mensajes interminables muestran no sólo una incapacidad de sintetizar, sino un profundo irrespeto por el tiempo de la otra persona.
