Come bien, gallinita querida. ¡Ponte gorda y sabrosa para mi estofado!
¡Eres el mejor cocinero del mundo!
¡Niños, niños! Los panqueques, las rosquillas y ese exquisito pastel no eran regalos del niño Dios. Los trajo el tío Lobo.
"Si hubiera una forma de engordar esta ave un poco más, tendría más carne para comer."
¡Gracias tío Lobo!