Había una vez una casita de sal, construida al pie de la montaña. En la casa vivían una viejita toda toda de sal, y un viejito todo todo de azúcar.
Unos días los viejitos se querían mucho y otros días no paraban de discutir. Un día la viejita se enojó mucho y le pidió al viejito que se fuera de la casa. El viejito se hizo una casa de barro; pero estaba triste pues extrañaba a la viejita. Un día llovió tanto que la casita de sal se empezó a derretir.
Una viejita y un viejito
Azúcar y sal
Una casita de sal al pie de la montaña y una casita de barro.
Los viejitos se contentaron y vivieron para siempre en la casita de barro sin volver a discutir.