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1. Capítulo 1
2. Capítulo 2
3. Capítulo 3
4. Capítulo 4

Aureliano conoció a Remedios Moscote y quedó enamorado de la niña de nueve años.

Úrsula decidió inaugurar la casa nueva con una fiesta, la cual también sería para presentar a las adolescentes.

Melquíades murió.

Con la llegada de nueva gente a Macondo llegó la enfermedad del insomnio y, más tarde, la peste de la memoria.

Pilar Ternera parió a un Buendía, José Arcadio, que, a pesar de la voluntad de Úrsula, fue llevado a la casa de los abuelos.

José Arcadio se volvió una autoridad en el pueblo.

Aureliano consigue casarse con Remedios y Rebeca se casaría con Pietro.

Un jueves de enero nació Amaranta

José Arcadio entra en un estado de locura y Aureliano lo tuvo que atar al castaño.

Después de largas noches de insomnio a causa del espíritu de Prudencio, los Buendía deciden abandonar el pueblo y fundar uno nuevo: Macondo.

Los habitantes del pueblo pasaban noches sin dormir y se estaban olvidando de su historia y hasta de los nombres de las cosas. De todo los curó Melquíades.

José Arcadio y Aureliano gozaban del circo e igualmente se sorprendían por los inventos y las enigmáticas personalidades que llegaban con él.

José Arcadio Buendía amaba la época en que el circo llegaba a Macondo y con él llegaba Melquíades, un gitano extravagante que llegaba al pueblo con los inventos más extraños.

En un duelo de honor, así calificado por el pueblo, José Arcadio Buendía mató a Prudencio Aguilar cuando una noche hacía bromas sobre el matrimonio todavía no consumado por el terror de Úrsula sobre sus futuros hijos.

Un domingo llegó Rebeca, con los huesos de sus padres en una caja y una carta para José Arcadio.

La madre de Úrsula se encargaba de atormentarlos con los peligros a los que su descendencia se exponía por el parentesco familiar, eran primos, que había entre ellos.

Con el pretexto del juego, una joven llamada Pilar Ternera inició a José Arcadio en el amor;

Los lazos de unión entre José Arcadio y Úrsula se estrecharon en el pueblo de Riohacha.

Úrsula se encargó de consolidar la economía familiar con su maravillosa industria de galletitas y peces azucarados.

Muchos años después, el coronel Aureliano Buendía se acordaría de cuando su padre los llevaba, a él y a su hermano, a conocer las maravillas del circo.

La abuela mandó llamar a Pietro Crespi, un bailarín del cual se enamorarían las dos jóvenes.

Melquíades, a su despedida del pueblo, siempre le dejaba sus tesoros a José Arcadio, él, por su parte, emprendía con ellos las empresas más osadas.