5.
Ya eran las 11:50 pm, estaba cansado, mi primer día había sido extenuante y aún me falta revisar los cuadernos de los muchachos de 5°. Saliendo de la sala de profesores, escuche una discusión entre tres estudiantes -Carlos: ¡Ramiro!, deje de ser sapo, yo aporte el doble de lo que aportó usted! -Ramiro: ¿Y qué? A mí me deben dar $28000 de interés. -Fabián: Muchachos, dejen de pelear, vea que allí viene el profesor Héctor Fabio. -Héctor Fabio: ¡Oigan! ¿Qué pasa aquí? -Fabián: Profe, venga la explico. Nosotros tres tenemos un grupo de rap, sabe usted lo que es eso? -Héctor Fabio: Claro que sé que es un grupo de rap Fabián, pero explíqueme, ¿qué pasa aquí?, ¿Por qué se están peleando? -Fabián: Vea, lo que sucede es lo siguiente: Hemos querido comprar algunos instrumentos para el grupo pero con el dinero que aportó cada uno no nos alcanza, ni siquiera para comprar un sintetizador decente, entonces decidimos juntar el dinero e invertirlo en la cooperativa del colegio, porque nos ofrecían una tasa de interés anual del 8% con interés simple - ¡Imagínese profesor!- -Héctor Fabio: ¿Y que con eso?, ¡cuente rápido! -Fabián: Espere pues le sigo contando, después de un año la cooperativa nos entregó por concepto de interés $84000. -Héctor Fabio: Aja, ¿y qué? -Fabián: Pues que ahora queremos tomar esos intereses y gastarlos en la Kermés. -Héctor Fabio: Pero, aun no entiendo ¿cuál es el problema? -Fabián: Pues que ¡Ramiro tiene toda la razón!, si nos ganamos $84000, entonces deberíamos dividirlo entre tres y a cada uno le correspondería $28000 y Carlos dice que no. -Héctor Fabio: ¿Y cuánto aportó usted? Fabián: Profe, yo aporté $300000. -Héctor Fabio: Vean muchachos no peleen más, vengan y les explico. Siendo justos: