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siempre pertenecen al hombre como individuo de una especie, están por encima del tiempo y por lo tanto del Estado mismo.
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no pueden ser cedidos, contratados o convenidos para su pérdida o menoscabo
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no están supeditados a las exigencias legales de algún ordenamiento o ley en específico, sólo a pertenecer a la raza humana.
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debido a que no son exclusivos de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos
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surgieron con anterioridad a la ley; aparecen con el hombre por el simple hecho de ser hombre y no son creados por actos de autoridad.
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una vez que un determinado derecho ha sido formalmente reconocido como inherente a la persona humana queda definitiva e irrevocablemente integrado a la categoría de aquellos derechos cuya inviolabilidad debe ser respetada y garantizada.
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pues no se pueden negociar, prestar o renunciar a ellos por voluntad propia o ajena, salvo en circunstancias legales claramente definidas.
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no dependen del reconocimiento por parte del Estado, y siempre es posible extender el ámbito de la protección a derechos que anteriormente no gozaban de ésta, y así concretar las exigencias de la dignidad humana en cada momento histórico.
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sus beneficios alcanzan a todos los seres humanos, independientemente de su sexo, edad, posición social, económica, política o religiosa, raza, género,
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sin ellos las personas no pueden vivir dignamente como seres humanos.
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conforman una unidad, no son derechos aislados entre sí. Se interrelacionan pues no es posible imaginar una sociedad respetuosa de los Derechos Humanos en la que se cumpla sólo una parte de ellos.
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su ejercicio solamente se puede llegar hasta donde comienzan los derechos de
