COMPRENSIÓN DE LECTURA

RESPONDER LAS PREGUNTAS TENIENDO EN CUENTA LA LECTURA.

EL DUEÑO DE LA LUZ

En un principio la gente vivía en la oscuridad.

Los warao1 buscaban los frutos del moriche2 en tinieblas y preparaban yuruma3 a la luz de la candela.

En ese entonces, no existía ni el día ni la noche.

Un hombre que tenía 2 hijas supo que hacia el oriente vivía un joven que era el dueño de la luz. Llamó entonces a su hija mayor y le dijo: “ve donde está el dueño de la luz y me la traes“

Ella montó en su curiara4 y partió.

Encontró muchos caminos y siguió el que la llevó a la casa del venado.

Allí conoció al venado y se entretuvo jugando con él.
Luego regresó a donde su padre, pero no traía la luz.

Entonces el padre llamó a la hija menor y le dijo: “ve donde está el joven dueño de la luz y me la traes”.

La muchacha montó en su curiara y partió.

Siguió el buen camino y después de mucho navegar llegó a la casa del dueño de la luz.

-Vengo a conocerte-le dijo la muchacha-, a estar contigo y obtener la luz para mi padre.

Y el dueño de la luz contesto: “Te esperaba. Ahora que llegaste, vivirás conmigo”.

El joven tomo una caja que tenía guardada, el torotoro5, y lo abrió con mucho cuidado.

La luz ilumina al joven. Un blanco resplandor encandilo a la muchacha.

De esta manera descubrió la luz, y el joven, después de mostrársela, la guardó.

Paso el tiempo. El joven sacaba la luz del torotoro y hacia la claridad para la muchacha. Jugaban con la luz y se divertían.

Por fin, la muchacha recordó que tenía que volver a la casa de su padre y llevarle la luz que había venido a buscar.

El dueño de la luz se la regaló y dijo:” toma la luz. Así podrás verlo todo”.

La muchacha regresó donde su padre y le entregó la luz encerrada en el torotoro.

El padre se alegró al verla. Tomo la caja, la abrió y la colgó muy alto en uno de los troncos del palafito6.

Los rayos de luz iluminaron las aguas del rio, las hojas de los mangles los frutos del moriche.

Al saberse en los distintos pueblos del Delta que existía una familia que tenía la luz, los warao quisieron venir a conocerla.

Llegaron con curiaras y más curiaras llenas de gente y más gente.

Y nadie se marchaba porque ya los warao no querían seguir viviendo en tinieblas.

El padre de las muchachas no pudo soportar más a tanta gente dentro y fuera de su casa.

-Voy a acabar con esto- dijo-.

Si todos quieren la luz, allá va. Y de un fuerte manotazo, rompió la caja y lanzo la luz al cielo. El cuerpo de la luz voló hacia el oriente y la caja hacia el occidente.

Del cuerpo de la luz se hizo el SOL; y de la caja en que la guardaban, del torotoro, surgió la luna. De un lado quedo el Sol y del otro la luna.

1. Habitantes de las islas del Delta del Orinoco, en el extremo nororiental de Venezuela. El nombre warao significa ¨gente de canoa¨.
2. Especie de palmera, es considerada el árbol de la vida.
3. Tipo de alimento preparado con el almidón extraído de la fécula del moriche.
4. Especie de embarcación, parecida a la canoa. Los warao aprenden desde muy jóvenes a manejar su curiara, a bordo de la que pasa gran parte de su vida.
5. Bella caja o petaca tejida a mano.
6. Tipo de casa, que se construye sobre troncos a orillas del rio.