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Es bautizado al día siguiente, jueves de la Ascensión y recibió el nombre de Marcelino José Benito Champagnat Chirat.

A los catorce años pasó por su casa un buen sacerdote que iba reclutando jóvenes para el seminario, se fijó en Marcelino y le animó: “Tienes que estudiar para ser sacerdote. Dios lo quiere”. Y Marcelino se decidió.

Allí junto con otros seminaristas compañeros de estudios, empezaron a madurar la idea de fundar una Congregación de hermanos, dedicados a la enseñanza y a la catequesis de los niños.

A los diez años comenzó a ir a la escuela, pero a los pocos días se desanimó y no volvió

Y en una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Fourviere, en Lyon, junto con otros compañeros sacerdotes recién ordenados, se comprometen a fundar la Sociedad de María, comúnmente conocidos como Padres maristas.

Durante su infancia, trabajó en casa: su familia poseía una pequeña granja y un molino.

Sus padres Juan Bautista y María Teresa, tuvieron 10 hijos, Marcelino fue el noveno.

En 1805 ingresó al seminario menor de Verrieres y comenzó sus estudios: como no había ido a la escuela, apenas sabía leer y escribir. Suspendió el primer curso y le invitaron a quedarse en su casa… Pero Marcelino no se desanimó y continuó estudiando.

Fue la frase de San Marcelino Champagnat que hasta hoy en día se usa mucho

Nació el 20 de mayo de 1789 en Rosey, una aldea en las estribaciones de los montes de Pilat, al sur de Lyon.