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Está realizada por la faringe y el esófago y es la entrada y el paso del bolo alimenticio hacia el estómago y se inicia por la acción de empuje de la lengua hacia la faringe y el esófago. El bolo alimenticio se desplaza por los movimientos peristálticos de los músculos del esófago, tubo de unos 23 cm de longitud.
Tras la masticación y la insalivación, la porción de alimentos ingeridos se convierte en una masa húmeda denominada bolo alimenticio.
Llegamos al intestino delgado, que descompone la mezcla de alimentos procedente del estómago todavía más, para que tu cuerpo pueda absorber todas sus vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono y grasas.
Con la ayuda del páncreas, el hígado y la vesícula biliar se envían distintos tipos de jugos a la primera porción del intestino delgado. Estos jugos ayudan a digerir los alimentos y permiten que el cuerpo absorba los nutrientes que contienen.
Fase del proceso digestivo y comprende la masticación, la insalivación y la deglución del alimento.
Próxima parada, el hígado, esté filtra las sustancias nocivas o productos de desecho, transformando algunos de esos desechos en más bilis. El hígado hasta ayuda a determinar qué cantidad de nutrientes se distribuirá al resto del cuerpo, y qué cantidad se quedará almacenada a modo de reserva.
Es casi la última parada en el tubo digestivo, una vez se ha extraído la mayor parte de los nutrientes de la mezcla de alimentos, queda lo que se conoce como productos de desecho, el material que tu cuerpo no puede utilizar.
Una vez en el estómago, el bolo alimenticio se almacena y se mezcla con el jugo gástrico. El bolo alimenticio se transforma, por acción del jugo gástrico, en una sustancia pastosa llamada quimo.
El intestino grueso va empujando las heces hasta que llegan al recto, para poder expulsarlo atreves del ano, la última parada del tubo digestivo.