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Caso B: Cristina apuró el paso, llegó a su casa y se encerró en su habitación. Se tendió en la cama y lloró, lloró tanto como pudo. Luego se dirigió a su armario, sacó su diario íntimo y comenzó a escribir: ―me siento mal, muy mal. Fui a la facu a buscar mi nota y me fue mal, ¡me bocharon! Es el tercer examen que rindo mal. Yo sabía que no tenía que seguir Abogacía, no sirvo para esto. Pero nunca supe qué quería estudiar, no sé qué quiero... ¿Cómo le digo a mi viejo que no quiero estudiar Derecho?, él está tan contento con mi elección. Yo también estaba contenta, ‗después es fácil conseguir trabajo, ganar plata...; es interesante el Derecho‘. Estoy muy angustiada. Sé que es lo que debería estudiar pero ahora que ya entré a la facu siento que no me gusta. No sé qué hacer...‖

Caso C: Mabel conversaba con su amiga Carla: ―Ay, Carla, no sé cómo resolver este asunto. Y Gustavo dice que ya no me va a esperar más... No sé qué puedo hacer, cómo le voy a fallar a Juana que me dio todo, me cuidó desde chiquita, me crió, fue una madre para mí, la que nunca tuve. Es verdad que amo a Gustavo, quiero casarme con él. Pero imaginate que yo no puedo llevar a Juana a vivir con nosotros a España. Ella está muy vieja y muy enferma. Sé que debo cuidarla. A veces me siento una desagradecida, ¿por qué no la cuida alguno de sus hijos? Ellos se borraron y ahora tengo que estar yo. Lo voy a perder. Pero no encuentro otra solución.‖

Caso A: Fue un instante, apenas un segundo en el que Carlos pensó en todo. Pero a pesar de ello siguió adelante, ya no podía vencer ese impulso que le venía desde muy adentro. Apostó todo, apenas lo poco que le quedaba. ¡Había llegado a ganar tanto y sin darse cuenta perdió casi todo! Si abandonaba ahora podía salvar algo, aunque más no sea su casita..., y su matrimonio, sus hijos, su trabajo. Si perdía, perdía todo. Pero ya no pensó más, fue sólo un segundo y ya estaba con lo último sobre la mesa.

La instancia que impera es la del Superyó. Siente culpa por no cumplir con su moral, apoderandose de ella la culpa,generada por la conciencia moral: "Sé que debo cuidarla. A veces me siento una desagradecida".

En este caso impera la instancia del yo. Este se encuentra muy apriosionado y angustiado. Debe luchar entre las exigencias de su propio deseo y los mandatos familiares que constituyen el ideal del yo. (Eso que debería de ser para contentar a la familia).

En este caso se evidencia la Instancia psiquica del ELLO. No pudo contener su deseo de apostarlo todo para hacerse millonario. Impera el principio de placer.No comprende queha perdido todo solo por dejarse llevar por sus impulsos.