Creerse superior a los demás.
Desear lo que tienen otras personas, y por tanto, alegrarse cuando les pasa algo malo.
Ser muy orgulloso.
Estar enfadado.
No querer hacer las cosas que se deben hacer.
Ser vago.
Sentimiento de celos o enfado por las cosas que tienen otras personas.
Deseo excesivo de tener y guardar mucho dinero.
Ser capaz de cualquier cosa para tener riqueza y poder.
Vivir la sexualidad de una manera negativa y egoísta.
Vivir el placer sexual contra los criterios evangélicos.
Mostrar agresividad.
Comer demasiado.
Beber en exceso.