1
Sustancia que se usa para eliminar o controlar parásitos, como protozoos, helmintos o ectoparásitos (por ejemplo, pulgas y garrapatas).
2
Sustancia que tiene la capacidad de eliminar o inhibir el crecimiento de bacterias. Puede ser un antibiótico o un agente antimicrobiano de amplio espectro.
3
Capacidad del organismo para resistir infecciones y enfermedades a través de su sistema inmunológico, que puede ser innato (natural) o adquirido (desarrollado tras una exposición a un patógeno o mediante vacunación).
4
Conjunto de microorganismos, como bacterias, hongos, virus y protozoos, que viven en un entorno específico, como el intestino, la piel o las mucosas, y que desempeñan un papel importante en la salud y el equilibrio del organismo anfitrión.
5
Antibiograma: Prueba de laboratorio que determina la eficacia de diferentes antibióticos contra una bacteria específica. Se usa para seleccionar el tratamiento más adecuado para una infección.
6
Capacidad de un microorganismo para sobrevivir y proliferar a pesar de la presencia de un antibiótico que normalmente lo inhibiría o mataría.
7
Sustancia química producida por microorganismos o sintética que puede inhibir el crecimiento de bacterias o matarlas. Se utiliza para tratar infecciones bacterianas.
8
Tipo de antibiótico que contiene un anillo betalactámico en su estructura química, que actúa inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana. Ejemplos incluyen penicilinas y cefalosporinas.
9
Microorganismo (bacteria, virus, hongo o parásito) que puede causar enfermedades en un organismo huésped.
10
Sustancia que inhibe el crecimiento o la replicación de virus. Se usa para tratar infecciones virales como la gripe o el VIH.
11
Conjunto de prácticas, procedimientos y medidas diseñadas para prevenir la entrada, propagación y exposición a agentes patógenos en entornos, garantizando así la protección de la salud humana, animal y del medio ambiente.