Háblale, Horacio, tú, que eres hombre de letras.
Al verse desdeñado comenzó a padecer melancolías, después vigilias, después debilidad, después aturdimiento y después la locura.
Duda que sean de fuego las estrellas Duda si al sol el movimiento falta Dudo lo cierto, admite lo dudoso, Pero no dudes de mi amor las ansias.
¡Qué tal, Horacio! Os veo temblar y palidecer.
-el jugar, beber, esgrimir, jurar, disputar.
Me parece oírlos. ¡Alto! ¡Eh! ¿Quién va?
No es solo mi negro manto.
Mi alma es mi sufrimiento
¡Oh, adiós, pundonoroso militar!
¿Cómo es posible que la razón de una tierna doncella sea tan deleznable como la frágil vida de un anciano?
¡Bienvenido, Horacio! ¡Bienvenido, querido Marcelo!
¡Silencio! ¡Detente! ¡Míralo por dónde viene otra vez!...
Etopeya
Polisíndeton
Etopeya
Apóstrofe
Anáfora
Metáfora
Enumeración
Apóstrofe
Epíteto
Símil o comparación
Apóstrofe
Hipérbole