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Se desarrolló en lo que actualmente es el sur de Perú, Bolivia y el norte de Chile. Esta civilización basó su economía en la crianza de llamas y alpacas y dejó a la agricultura en segundo plano; también se dedicó al trabajo con metales (cobre, oro y plata), el comercio y la elaboración de cerámica policroma (de varios colores).
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Fue una de las primeras civilizaciones de la zona andina. Aunque se ubicaba en la costa central del actual Perú, en terrenos poco propicios para sembrar, sus pobladores construyeron canales de riego y así crearon campos de cultivo.
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Ubicada en la zona central de lo que hoy es Perú, esta cultura tuvo influencia de Tiahuanaco, como puede apreciarse en su cerámica. Sus ciudades se caracterizaban porque estaban amuralladas y tenían una arquitectura monumental.
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Se ubicó en la zona sur de lo que hoy es Perú. Sus pobladores se dedicaban al comercio y al trabajo artesanal; en este último, destacaron en la elaboración de cerámica policroma, en la que representaban elementos como la tierra, el agua, el fuego, las montañas, el mar y el cielo, a los que les rendían culto. También trabajaron el oro y la plata para hacer máscaras y adornos para nariz y orejas.
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Se ubicó en lo que en nuestros días es Ecuador y el norte de Perú. Al igual que otras civilizaciones anteriores a los incas, la religión tenía gran importancia para ellos, de hecho, su sociedad era dirigida por un gobernante que concentraba los poderes religioso y político; sus dioses se relacionaban con el mar, la agricultura y la tierra.
