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1. LOS MILAGROS DE JESÚS
2. HECHOS

LA RESURRECCIÓN DE LA HIJA DE JAIRO

Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo.

JESÚS CALMA LA TEMPESTAD

Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala».

Después de encontrarse con Marta y María, Jesús va con ellas a la tumba de Lázaro, que es una cueva con una gran piedra que tapa la entrada. Una vez allí, ordena: “Quiten la piedra”. Entonces Jesús levanta la mirada al cielo, después, grita con fuerza: “¡Lázaro, sal!”. Y Lázaro sale.

LA CURACIÓN DE UN SORDOMUDO

LA CURACIÓN DE UN LEPROSO

¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme. Entró donde estaba la muchacha. Y tomando la mano de la muchacha, le dijo: Muchacha, a ti te digo, levántate.

LA PESCA MILAGROSA

Despertándose, increpó al viento y dijo a las olas: «¡Tranquilo! ¡Calmaos!». El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo a sus discípulos: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Cómo es que no tenéis fe?». Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?».

¡Solamente Dios puede perdonar pecados!”. Jesús, que al instante se dio cuenta de lo que estaban pensando en su interior, les preguntó: ¿Por qué estáis pensando eso? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”, o decirle: “Levántate, recoge tu camilla y anda”?

LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO

Con una pequeñísima cantidad de alimento, fue capaz de dar de comer a toda una multitud

Jesús terminóJesús le dijo a Pedro: Lleva la barca a la parte honda del lago, y lanza las redes para pescar. Pedro respondió: Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes.

El ciego, arrojando su capa, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? Contestó el ciego: Maestro, que vuelva a ver. Jesús le dijo: Puedes irte. Tu fe te ha salvado.

JESÚS CAMINA SOBRE LAS AGUAS

Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: « Effatá », que quiere decir: « ¡Abrete! » Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.

LA CURACIÓN DEL PARALÍTICO

LA CURACIÓN DEL CIEGO BARTIMEO

“Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes purificarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra.

LA MULTIPLICACIÓN DE PANES Y PECES

LA BODA DE CANÁ