Es el símbolo de la presencia divina y de fiesta. Se usa en el Bautismo y en la Vigilia Pascual.
Como resurrección de Cristo y Espíritu Santo, se emplea en la Vigilia Pascual y en la dedicación del altar.
Significa vida, nuevo nacimiento, simboliza también al Espíritu Santo. Se usa en el Bautismo y en la Eucaristía.
Son alimento y ofrenda. Se usan en la Eucaristía.
Como honor y alabanza, se usa en las exequias, en las procesiones, en la Eucaristía, el culto eucarístico y la dedicación del altar.
Significa curación, fortaleza y posesión por el Espíritu Santo. Se usa en el óleo de los catecúmenos, en el óleo de los enfermos y en el Santo Crisma.
Como árbol de la vida y de la victoria pascual, se adora en las celebraciones del Viernes Santo. Además preside la Eucaristía y encabeza las procesiones.
Simboliza a Cristo resucitado, la luz que no se apaga. Se usa en la Vigilia Pascual, el Tiempo Pascual, el Bautismo y las exequias.