En invierno, el aire frío sale de la vivienda y pasa al muro trombe donde se calienta y vuelve a entrar en la vivienda para calentarla. De esta forma la vivienda no se ventila ya que las dos compuertas del muro están cerradas.
El aire limpio y frío entra en el muro trombe a través de la compuerta inferior, se calienta mientras atraviesa el muro y entra en la vivienda para calentarla y renovar el aire.
Ventilación forzada en verano. Al abrir las dos compuertas del muro, provocamos una corriente forzada que hace que se ventile la vivienda. El aire que se calienta al atravesar el muro, en este caso no vuelve a entrar en la vivienda sino que sale al exterior.
Muro sin uso. El aire entra por la compuerta inferior, se calienta a medida que asciende y sale por la compuerta superior sin calefactar ni ventilar la vivienda ya que los dos orificios del muro se encuentran cerrados.